VidadeObras

‘KR 3. Cruz’ para voces, saxos y percusión

El ciclo KR tiene el propósito de abrir grietas por las que entre la luz. El fonema KR suena al quebrar lo rígido. De ese fonema nacen palabras tan primordiales como cristal, cremación, criogenización, Cristo, criatura, creación, etc. Nuestra sección de VidadeObras la dedicamos a la tercera obra del ciclo, la cual escribí hace unos meses a petición del Lumina Ensemble, quienes la estrenaron en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) el pasado mes de octubre dirigidas por Rubén Pacheco.


El ciclo KR

Cada una de las obras del ciclo supone un ritual de conexión con una cultura ancestral, a modo de camino para acercarme a ella, conocerla, estudiarla de algún modo, colaborar con sus gurús o aprender de ellas.

La primera obra del ciclo, KR 1. Creación, responde a la cultura maya, partiendo del ritmo de la creación y de una invocación a los cuatro elementos que Gustavo Pineda (sacerdote maya de El Salvador) me escribió como introducción a la obra. Aquí podéis escuchar una versión en la que el mismo Gustavo interpreta junto a otros solistas de El Salvador:

La segunda obra, KR 2. Kriám Namá, fue un encargo del Festival NAK de Música Contemporánea de Navarra y se estrenó en el Auditorio del Baluarte de Pamplona en 2020, en el verano de la pandemia. Esta obra responde a la cultura hinduista, usando como letra los mantras que seleccionó Deepak Chopra para sus ‘21 días de la abundancia’. Aquí se puede escuchar a Dúa de Pel junto al ensemble Garaikideak en el estreno:


El drama litúrgico como modelo

Cuando vine a vivir a Santa Pola (Alicante), hace ya dos años y medio, me reuní con Rubén Pacheco, director de coro, organista, musicólogo muy entusiasta que realizó su doctorado acerca del Misteri d’Elx (Misterio de Elche), una obra escénico-musical que contiene partes de distintos siglos y distintas procedencias espacio-temporales y que supone uno de los patrimonios inmateriales más valiosos del sureste español.

En ese encuentro de 2020 en el chiringuito de una playa cercana, me compartió algunos documentos de sus investigaciones, incluyendo el siguiente vídeo:

Me pareció casi tan friki como lo que andamos haciendo años con el CoroDelantal… Me vino a la mente aquella frase de Gaudí: “La originalidad está en el origen”. ¿Cómo pueden aprenderse criaturas tan pequeñas algo tan abstracto como un drama litúrgico medieval?

Así que le propuse que me pasara la transcripción que él mismo hizo para usarla de punto de partida y crear algo nuevo inspirado en la obra. O una especie de versión actualizada de la misma, pasada por unos cuantos tamices.

Coincidió que el Lumina Ensemble me había pedido ser una de la compositoras en sus monográficos SoniArt (el nombre me venía que ni pintado), un ciclo muy chulo que organizan en el MACA de Alicante. Con este incentivo empecé a desmenuzar el drama litúrgico para convertirlo en obra del ciclo KR. Se llamaría KR 3. Cruz, ya que me propuse como objetivo utópico traer la energía de la luz a la tierra, esa energía en la que se transmutó Jesús cuando finalmente murió, tras las torturas de judíos y romanos.

Dice mi amiga Marián Piquero que si Jesús hubiese muerto en la silla eléctrica llevaríamos sillas colgadas del cuello… pues tiene razón. Pero le tocó ser crucificado, y como Plactus Mariae se desarrolla todo delante de la cruz, me gustó llamarle así.


La creación de la obra actual

Tuve la intención todo el tiempo de que el coro infantil de Rubén con el que había montado la obra hacía tiempo siguieran siendo los protagonistas de la misma. Eso me daba muy poca libertad a la hora de jugar con las melodías, pues tenían que mantenerse prácticamente igual, y en la misma tesitura también.

Lo único que hice al respecto fue observar que había cuatro personajes en el drama original y que a mí me interesaba sólo uno de ellos, tal vez dos: María, madre de Jesús, y tal vez un fragmento de María Magdalena, mujer de Jesús. Las dos mujeres importantes en la vida de Cristo.

Seleccioné las melodías de María que me parecían más interesantes, las clasifiqué en colores (que podéis ver en el vídeo que os pongo abajo). En el análisis, vi que había melodías que aparecían de forma recurrente y que me podían servir de ‘agarradera’ para que tanto el público re-conociera patrones y estructura.

Quise elaborar una dramaturgia de lo humano a lo divino: si la protagonista iba a ser la madre de Jesús, tendría que empezar siendo humana para luego ir ‘hacia la luz’. Así que coloqué los fragmentos seleccionados en el siguiente orden:

 

Evidentemente, una madre a cuyo hijo han torturado hasta la muerte lo primero que siente es rabia. Después, dolor. Como consuelo a ese dolor coloqué un número de María Magdalena, que además nos servía como bisagra para la energía de Jesús, ya que Magdalena, según se ha ido averiguando, era una mujer no sólo de clase alta, sino muy sabia y elevada espiritualmente (lo de prostituta, como lo de virgen, lo inventó el patriarcado, por supuesto).

Así que Magdalena sirve de paso a la energía de Jesús, para que finalmente llegue el momento de transmutación de lo humano a lo divino. El último número: Luce. Toda la obra está en latín, en el latín original en que estaba escrita en el siglo XIV. Ahí no cambié una coma.

Elegí una frase como estribillo: ¡Heu me, heu me! Misera María. La primera mitad de ésta la dice el coro a tutti y la segunda mitad la responde un solista del coro infantil.

El percusionista va evolucionando del madero a las cadenas y de las cadenas a instrumentos más rítmicos. Y los saxos tocan ciclos de respiraciones que van alternando con referencias a las voces, para llegar a un protagonismo final en que se me ocurría que tocaran colocados en forma de cruz y se les iluminara de un modo más bien cegador.

La armonía y la métrica de la última parte pretenden elevar la energía e inundarlo todo.


El montaje

Si bien la obra estaba escrita desde el verano, a veces los humanos tendemos a procrastinar, no se sabe bien si por pereza, por miedo, por dejadez, o todo junto. El caso es que diez días antes del estreno la parte vocal no estaba trabajada y hubo que sumar cantantes profesionales y semiprofesionales al grupo. Ahí aparecieron las que llamamos ‘Chicas KR’, que en una semana aprendieron y ensayaron esta obra y otras como si no hubiera un mañana. Sopranos y contraltos.

Los saxos y el percusionista ya conocían bien la obra y sólo teníamos que empastarlo todo, pues no íbamos a tener micrófonos para las voces y corríamos el riesgo de que se las comieran con patatas.

Hasta el 15 de octubre, día del estreno, tuvimos ensayos a diario: en el conservatorio de Elche, en el sótano de Rubén (también en Elche, junto a la basílica) y en el museo de Alicante. No hubo vídeo pero sí un audio del estreno, y aquí os lo comparto, con una edición visual muy humilde para que podáis leer qué ocurre en la partitura:

 

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