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Leitmotiven – Motivos conductores

(bus Bremen – Worpswede, 27 abril 2024, y Worpswede, 7-9 sep 2024)

Qué raro, estoy seguro de haber escrito ya antes, y varias veces, sobre este tema, importantísimo desde el punto de vista psicoacústico, es decir, de cómo se percibe el sonido organizado. Pero no encuentro esos artículos, así que aquí va de nuevo.

No voy a hacer la historia del Leitmotiv ni discutir de dónde tomó Wagner sus ideas, ni si la idée fixe de Berlioz es su antepasado o Pedro y el lobo su consecuencia. Sí voy a dar mi visión personal del asunto, a definirlo de manera tal que resulte práctico para componer, y acaso para analizar música.

Definiciones generales

Un Leitmotiv es una frase musical breve y recurrente asociada con una idea, lugar o personaje. Esta frase musical puede ser melódica (una sucesión de notas) o armónica (una sucesión de acordes). La brevedad y simplicidad de un Leitmotiv facilitan su desarrollo (es más eficaz hacer evolucionar una idea embrionaria que una más compleja – y no solo en el ámbito musical). Tal Leitmotiv debiera tener un alto grado de identidad y reconocibilidad; la técnica habitual para afianzar esta familiaridad es la recurrencia (hacerlo reaparecer). «Cuando dos cosas suelen ocurrir juntas, la aparición de una traerá la otra a la mente» (Aristóteles).

El modelo de un Leitmotiv se asemeja a las categorías gramaticales de una oración: ‘Esto significa aquello’, o ‘Esto implica aquello’; es decir, sujeto (esto) y objeto directo (aquello). En esta comparación, el verbo (‘significa’, ‘implica’, ‘conlleva’, ‘simboliza’, ‘se traduce en’) representa meramente el hecho subjetivo de haber aprendido tal emparejamiento. Esta alegoría gramatical me permitirá sugerir luego un aporte.

Este símil gramatical podría expresarse de manera más compleja hablando de imagen icónica (referencial) e imagen simbólica (connotada).

Por supuesto, no sólo en la música puede trabajarse con Leitmotiven, sino en la literatura o en el cine (por ejemplo la llave en la película Los intocables de Eliot Ness, The Untouchables, de 1987, símbolo aquí del poder o del acceso a un secreto).

Etimología

Leitmotiv es una palabra alemana que significa motivo conductor o guía. El significado de ‘Motiv’ es transparente (motivo, en el sentido de elemento temático). ‘Leit‘ viene del verbo ‘leiten’, emparentado con el concepto de liderazgo y de líder. Comprendido así, el Leitmotiv es un motivo que nos orienta, que conduce nuestra escucha y que además la condiciona. Es decir, nos induce a una interpretación específica, nos persuade a oír de determinada manera.

Dos aspectos esenciales

Sin embargo, este punto de vista puramente etimológico es incompleto y no revela lo esencial. Dos puntos son esenciales en un Leitmotiv musical:

(a) No es uno solo sino varios y actúan como un sistema de motivos interrelacionados, como un alfabeto. Ya en Wagner hay una suerte de diccionario de motivos conductores donde tal melodía ‘significa’ La mirada, tal otra significa La espada, y van enhebrándose una tras otra al progresar la obra. (Cierto es que el propio Wagner se oponía a una asociación demasiado rígida, pero esto ya no nos concierne.)

(b) Estrictamente, un motivo conductor en el fondo no conduce, no dirige, sino que asocia una melodía con un elemento extramusical. La consecuencia es que puede guiar la escucha, pero esto no está garantizado (ni es necesariamente deseable). Como herramienta de composición, como artesanado, el Leitmotiv meramente asocia una cosa con la otra, y a veces de manera arbitraria: no existe nada en determinada melodía que esté intrínsecamente vinculado a determinado elemento extramusical (excepto acaso a un nivel muy básico y casi banal, y descartando las connotaciones culturales).

Paralelismos y diferencias

Ciertamente, pueden existir ciertos paralelismos entre una textura musical y un elemento extramusical, como en la técnica de Tonmalerei (pintura sonora), como la descripción de una súbita tormenta de verano en varias obras de Antonio Vivaldi o en mucha música para cine. Pero strictu sensu esto no es un Leitmotiv (sino la descripción o ilustración, por analogía, de un evento de la naturaleza o de un estado de ánimo; un evento del mundo externo o del interno, emocional). 

Las técnicas de Leitmotiv y de Tonmalerei son fundamentalmente distintas. Si el Leitmotiv se basa en la repetición, la reaparición o la recontextualización, la pintura sonora subraya e ilustra una situación determinada (y que posiblemente no reaparecerá).

El mundo del Leitmotiv no se limita a mapear una realidad de la naturaleza y transformarla en música. El Leitmotiv se basa en la asociación, y para que el oyente aprenda tal asociación, se recurre a menudo a la repetición con no demasiadas variantes. El procedimiento se asemeja a los experimentos de Pavlov con sus canes: una forma clásica de condicionamiento.

La expansión del concepto de Leitmotiv

Hasta aquí hablamos del concepto tradicional de Leitmotiv. Ahora expandámoslo. El primer paso es mencionar una herramienta que usa por ejemplo Gustav Mahler (sexta sinfonía) o luego Alban Berg en su ópera Lulu y otras obras: el Leitrhythmus, el ritmo conductor. Se trata de un ritmo (en general tocado sobre una sola nota, pues congelando el elemento melódico se evita cualquier distracción de lo que aquí interesa: el ritmo). Y este ritmo conductor suele asociarse a algún concepto clave de la obra (a menudo el destino o la muerte, temas favoritos de los expresionistas).

Esto abre una puerta importantísima que lleva a mi noción de Leitmotiv expandido: ¿por qué limitarse al aspecto ‘melodía’ o al parámetro ‘alturas’? Si un ritmo puede guiar la escucha, también la estructuración de otros parámetros y dimensiones del sonido puede hacerlo. Consideremos el aspecto ‘articulación’: puede ser también asociado con algo externo a la música. Con articulación me refiero a la escala entre legato y staccato y sus varios grados intermedios. También las intensidades y las dinámicas pueden implicar equis cosa (extramusical) en determinada obra. También pueden atribuirse carácter semántico a las posiciones en el espacio estéreo (ya sea en una obra electroacústica, en una grabación o en la sala de conciertos).

Es concebible la estructuración de un motivo que no se base en alturas o acordes, sino en articulaciones, dinámicas o espacialización; y que tal motivo resulte asociado con elementos metamusicales. Un ejemplo sonoro es que en una obra electroacústica se use un movimiento rápido del centro al extremo derecho, asociado siempre con determinado personaje. En un ejemplo tomado del cine, la película Amen (2002, Costa-Gavras), cuando el tren viaja hacia la derecha de la pantalla transporta personas a los campos de exterminio, y cuando lo vemos correr hacia la izquierda de la pantalla es que el tren regresa vacío.

Asimismo, en forma muy clara, los timbres son adecuados como Leitmotiv (aquí es nuevamente Pedro y el lobo, de Prokofiev, el ejemplo más directo, porque no solo las melodías se asocian con diversos personajes, sino la instrumentación). Pero no únicamente un timbre instrumental puede tener función motívica, sino también un fonema determinado cantado por un coro – los fonemas son claramente una forma de timbre.

Las maneras de tocar (tremolo, sul ponticello, armónicos, pizzicato, col legno, trino, glissando, y un largo etcétera) pueden estructurarse, adquirir carácter de motivo, y ser eventualmente asociadas con algún elemento extramusical.

Expansión en los parámetros sonoros

Estos parámetros sonoros no son necesariamente estáticos (por ejemplo: no hay un solo tipo de glissando): pueden entonces estructurarse de manera bastante compleja, formando un ‘motivo de articulaciones’ o una determinada sucesión de timbres. Estas consideraciones expanden el ‘sujeto’ de la fórmula gramatical mencionada antes (‘Esto implica aquello’). 

Del otro lado está el ‘objeto directo’ de la asociación, que puede ser cualquier cosa no musical: un objeto, un lugar, una idea abstracta, una ideología completa, una acción, una virtud, una persona específica (histórica o actual), un personaje mitológico, un animal (real o totémico), un arquetipo.

¿Es imprescindible que esta asociación se reconozca?

Depende del contexto y la intención estética, pero opino que no es imprescindible una reconocibilidad total. Lo que sí considero importante es que exista un sistema, una cadena consistente de asociaciones.

Ante todo, la reconocibilidad depende en gran medida de la capacitación del oyente (¿acaso reconoce mucha gente si en tal obra barroca hay un canon por inversión?). El contexto cultural juega también un rol en la reconocibilidad (la mención de una melodía oriental no será necesariamente identificada en occidente, y en ningún caso con el mismo nivel de popularidad). Luego, no es necesario que la reconocibilidad de un Leitmotiv opere a nivel plenamente consciente, pues puede actuar subliminalmente, sin ser notada, camuflada.

En la categoría más utilitaria de la música (las bandas sonoras para cine o los video games), acaso sí sea crucial un alto grado de reconocibilidad de los Leitmotiven. Sin embargo también puede matizarse esta afirmación: mucha gente sostiene que la música de un film debe pasar inadvertida, debe percibirse en segundo plano, apuntalando la narrativa, pero sin competir con el relato, que está en primer plano. Me refiero particularmente a un film tradicional, no experimental.

En suma

Cualquier configuración musical (o sonora) puede ser asociada con cualquier elemento extramusical. Es aconsejable mantener una razonable consistencia para lograr su reconocibilidad. El oyente aprenderá a reconocer esta asociación mediante la reaparición (con o sin variantes) de tal motivo. Es concebible un Leitmotiv que no se base en estructurar notas (una melodía o acordes), sino en ‘parámetros secundarios’ tales como ritmo, articulaciones, dinámicas, especialización o timbre.