‘El viaje’, banda sonora

Si todo va bien y somos valientes, el próximo viernes 17 de noviembre estrenaremos El viaje en el Primer Festival de otoño de Fresnedillas de la Oliva (Madrid). La obra es una banda sonora que me encargó el verano pasado la mexicana Carmen Armbruster para su corto del mismo nombre. Decidí componerla para 4 voces…

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‘Merry Christmas To You’ · John Gilbert

Nuestra primera Christmas Song (villancico) del gran John Gilbert será Merry Christmas To You. Recordad que hemos de aprenderla para el intensivo de diciembre (15-16-17). LETRA y TRADUCCIÓN: Descarga aquí la partitura en PDF para voz aguda, voz grave y piano VÍDEO DE ESTUDIO: https://vimeo.com/880954518/274dd52e6b AUDIOS DE ESTUDIO: Voz aguda: Voz grave: Todas:…

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‘The Time in a Thread’, partitura táctil

Dirigí al Coro de Voces Bravas de 2005 a 2008, fue la primera vez que trabajaba con un coro de adultos, así que les proponía obras para coros de niños que preparamos con gran alegría. Este coro pertenece a la Asociación Gruñidos Salvajes de Madrid, dirigida por una de nuestras Palancas: Aldegunda Vegara. Fueron muy…

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John Gilbert: nuestro hombre gnomo del otoño

En 2017 escribí para la revista ’90 Disonancias’ el artículo que os comparto más abajo. Este escrito habla de algunos hombres gnomo, entre los que se encuentra el compositor de los villancicos que estamos empezando a trabajar Inma Dolón y yo en Alicante (el MACA y el Conservatorio Superior), y que empezaré en breve a…

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Alicia Ríos: La comestibilidad de la existencia

Alicia Ríos es una de las personas más inspiradoras que nunca he conocido. Nos topamos por primera vez el día más frío de 2013, en un festival d’Aielo que montó Llorenç Barber en la Sala Pradillo. En dicho festival, ella mostraba al mundo madrileño su Nanobanquete y el CoroDelantal venía de cantarle a una de las esculturas de Fuencisla Francés, otra grande. Alicia Ríos es nuestra Palanca de barbecho. Con ella cerramos una etapa de LaVidaenMúsica, invocando nuevas inspiraciones para seguir creando esta comunidad de pensamiento musical.


Alicia Ríos fue la cocinera de John Cage en España, también creó en 1978 La Biotika, primer restaurante macrobiótico de España. Es la mayor especialista en aceite de oliva, tiene una colección de trajes impresionantes sobre la cual está haciendo un libro, acaba de crear la app CookAdHoc para cocinar sin recetas… es una trabajadora incansable y con su colectivo de arte comestible Ali&Cía ha hecho performances e instalaciones de lo más originales como las Urbanofagias (ciudades comestibles) o los Nanobanquetes.

Entrevista a Alicia Ríos. Aielo de Malferit (Valencia), junio de 2022

Sonia Megías: Hoy estamos con Alicia Ríos en nuestra sección Palanca. Va de pies a cabeza empajarada, empajarilada, apajareada, porque le acaban de dar un premio muy pajaril. ¡Alicia, buenos días!

Alicia Ríos: Hola, buenos días.

SM: ¿Qué tal?

AR: Bien.

SM: Y ¿Cómo ha sido este premio? Cuéntanos.

AR: Pues es un premio que me han dado en la 24ª Edición del festival Nits d’Alelo i Art de Aielo de Malferit (Valencia), que organizan Montserrat Palacios y Llorenç Barber junto al ayuntamiento del pueblo. Este año el tema era los pájaros, inspirado en John Cage, y entonces todas las acciones y actuaciones estaban relacionadas con los pájaros.

Yo convoqué una comitiva para que me acompañara a recibir el premio con diseños que hice de atuendos de pájaros, sombreros de pájaros y sonidos. Y luego, en lugar de aplaudir, habíamos fotocopiado 100 poemas de la antología de José Manuel Blecua publicada en el año 1943, que es el año en que yo nací, que eran poesías inspiradas por los pájaros y dedicadas a ellos, desde la Edad Media hasta 1943.

Esos poemas los fotocopiamos en papeles de colores y los repartimos entre todos los presentes allí en el auditorio, para que los cantasen todos a la vez. Fue una acción sonora de poemas dedicados a los pájaros, y fue muy bonito.

SM: ¡Qué bonito!

AR: Después hice un taller de atuendos y sombreros de pájaros. Lo mejor es siempre diseñar actividades que la gente haga por primera vez. Así es una sorpresa, nadie se plantea si sabe o no sabe hacerlo, porque como nadie lo ha hecho nunca, nadie se te resiste.

SM: Efectivamente.

AR: Hubo niños y gente de todas las edades. Y esos atuendos sirvieron también para acompañar el recorrido por las acciones de danza e instalaciones sonoras que había por todo el pueblo, todo relativo a los pájaros.

SM: Tú ya llevas muchos años, Alicia, organizando actividades en las que haces a la gente colaborar con tus proyectos que principalmente son de comida.

AR: Yo practico el método de la socrática mayéutica. La madre del filósofo Sócrates era partera, y él aprendió de su madre que el conocimiento se saca. La madre tiraba del niño para que saliera y él descubre que el conocimiento hay que sacarlo. Que todo el mundo tiene unos conocimientos que están latentes, que no están manifiestos.

Y entonces él, a base de un método de cuestiones, o de estímulos, conseguía activar el conocimiento latente en todas las personas, que es universal, con independencia de la experiencia o de la inteligencia.

Entonces yo practico la socrática mayéutica, que es “conoce al genio que tienes dentro”, y casi siempre lo hago a través de la comida y la cocina. Así conseguimos que la gente interprete la comestibilidad de la existencia.

Para nosotros, la existencia es comestible, y esto es una preciosidad porque damos una nueva función a los sentidos, de manera que los sentidos se centran en leer las claves latentes que están en las culturas, desde la prehistoria, de cómo la gente ha sido capaz de interpretar la realidad en plan festivo, más allá de la supervivencia, a través de la cultura, añadiendo símbolos y dimensiones culturales siempre a través de la comida.

Y es como la música. A través de la comida y de la música llegas a todos los niveles de todas las culturas y te comunicas de una forma no verbal, porque son conductas subcorticales. Y claro, lo más bonito que hay es activar la creatividad de la gente en colectivo y en anónimo.

Porque es como una gran orquesta: tú pones en marcha a la gente, proporcionas las claves, ¡nunca jamás recetas! Yo me hago un sombrero, me lo pongo y preparo una mesa llena de soportes, de instrumentos, de materias primas y de materiales, y la gente inmediatamente asocia que con eso yo me he hecho el sombrero y todo el mundo se pone frenéticamente a producir.

Yo no doy ninguna instrucción. Estoy ahí, si alguien se siente inseguro o no se le ha activado a esa velocidad, entonces le sugiero. Es una preciosidad.

 

SM: Sí, es una preciosidad. Yo he tenido la suerte de colaborar contigo en proyectos y qué maravilla, qué maravilla. Y ver cómo efectivamente la gente se implica.

AR: También se trata de violar completamente todos los convencionalismos, utilizando al máximo el potencial de libertad que tienes. El único límite es el respeto al otro. Pero el respeto al otro en aquello en que lo puedas perjudicar. Si le va a escandalizar alguna conducta, eso no importa. Si tú no estás molestando a nadie sino que, simplemente, te está juzgando desde un punto de vista estético o convencional, dices: me da igual.

En ese sentido tienes que ir siempre empujando un poco la realidad para que pasen cosas nuevas y se rompan todos los estereotipos, los valores súper caducos, se avance un poco, la gente se libere y descubra nuevas dimensiones y se lance a compartir y experimentar.

SM: Y entre tantas cosas que haces y que has hecho, fundaste La Biotika en Madrid.

AR: Sí, en el año 74. Fue el primer restaurante vegetariano y macrobiótico de España.

SM: Qué importante la conciencia del alimento… Y luego me encanta contar que fuiste la cocinera de John Cage en España.

AR: Sí. En ese momento, cuando él venía a España en los 70 con el Grupo Zaj: Juan Hidalgo, Walter Marchetti y Esther Ferrer, él venía mucho porque colaboraban, desarrollaban proyectos, pues a él le gustaba mucho España.

Venía a comer al restaurante menús vegetarianos y macrobióticos, y aparte yo le preparaba la comida para las actuaciones, los desplazamientos y los viajes

SM: Por último, bueno, por penúltimo, Alicia, quiero que nos hables de las urbanofagias, que son maquetas comestibles de ciudades, con participación ciudadana.

AR: La primera vez que hicimos una fue porque el ayuntamiento de Melbourne (Australia) quería inaugurar una plaza pública y nos contrataron a Ali&Cía. Pidieron algo “Very Alicia”, muy Alicia; o sea, muy sensual, muy sensorial, incorporando las comunidades y la comida.

Entonces dijimos: como todas las comunidades, indios, griegos, chinos, africanos, aborígenes… son los que han creado la cultura de la ciudad, vamos a darles un protagonismo, así que hicimos una maqueta que era de 80 metros cuadrados, 20 mesas de 2×2.

Cada mesa era una parcela de la ciudad y las distintas comunidades que estaban inscritas en el registro de la ciudad fueron eligiendo barrios: Por ejemplo, los chinos quisieron el banco, los italianos eligieron la zona donde estaba el mercado, los ingleses la estación, los sin techo unas zonas con raíles y demás.

Con algunas instrucciones que les fuimos dando, construyeron la ciudad. Con unos elementos de unión que son las calles, todas iguales, con su pavimento, que dan coherencia a la ciudad. Hicimos una ciudad en 3 dimensiones a gran escala y toda la ciudad estaba invitada al banquete.

 

Hemos hecho banquetes en México, en Londres, en Segovia. En Londres, por ejemplo, estaban invitados 8 ó 10 millones de personas, todos los ciudadanos. El acceso era para unas 4000, pero la invitación fue a toda la ciudad. El acceso era libre, estaba convocado por el ayuntamiento, o por el ministerio de cultura.

Muy bonito. Es un proceso largo en el que la gente se convierte en arquitectos, obreros de la construcción, etc. Por ejemplo, una señora filipina estaba cociendo algo en el horno y le pregunté: «What are you baking?» (¿Qué está usted cocinando?) Ella me dijo: “I’m baking the parking”. (Estoy horneando el parking)

SM: Ay, qué graciosa.

AR: Sí, dije ¡qué preciosidad! Porque no estaba haciendo una tarta para hacer el parking, sino que estaba haciendo el parking, en su escala, con sus dimensiones. Los coches estaban hechos con distintos materiales: croquetas, gelatinas en distintos colores y modelos… Era una estructura sólida, toda llena de vehículos con tamaños, sabores y colores diferentes.

SM: Qué bonito.

AR: Una preciosidad. Y hemos trabajado también con discapacitados, con mujeres maltratadas, con niños… con todo tipo de grupos. Es impresionante, es una maravilla.

SM: Claro, todo el mundo come.

AR: Todo el mundo, claro. Una vez terminada la maqueta se dan 20 minutos para que la gente circule alrededor, vean la ciudad y elijan qué parte se quieren comer. Luego las mesas, que están dotadas de ruedas y andas, se desplazan a unos espacios aparte para que la gente tenga acceso a todos lados.

Porque si no, no podrían llegar a comer a ciertos lugares, sólo a los bordes. Además, cada comunidad nos hizo una coreografía, con bailes tradicionales, o modernos, o futuristas…

SM: Podríamos seguir mucho más, por los trajes o por tantas cosas que haces, pero bueno, me gustaría que dijeras una frase o recomendación para que la gente se exprese brillantemente.

AR: ¡Ah! Pues que se pongan en el arte de la escucha, que hemos hablado estos días tanto. Escuchar qué es lo que te dicen los tomates, qué es lo que te dicen los ingredientes, pues ellos son los que saben: yo quiero ir para salsa, yo quiero para tomate al horno, yo quiero irme con la alcachofa al arroz…

Es escuchar, es fijarte en el entorno. Olvidarte de ti mismo y dejarte penetrar por el entorno, y captar todas las claves, toda la latencia de claves, pues la realidad es totalmente elocuente, está llena de mensajes. Esta cama con este cabecero tan precioso te está hablando de los artesanos, de la madera, de dónde viene, quién la encargó como su lecho de bodas, cuántas generaciones están presenciando esta cama…

Es siempre: olvídate de ti mismo, céntrate en el entorno, déjate invadir, escucha y actúa en consecuencia con los mensajes que estás recibiendo del exterior. Y además así también te olvidas de ti y pasas de enfermedades y de todo.

Tengo 78 años y me encuentro perfectamente, porque no se me ocurre pensar ni en cansancio ni en malestar ni nada. Siempre es el entusiasmo el que te guía, y la energía no se agota hasta que no has acabado una tarea. Nunca. No entras en cansancio.

SM: Nunca.

AR: No, no lo veo necesario.

SM: Muchísimas gracias, Alicia.

‘No se canta con la boca llena’, colaboración entre Alicia Ríos y Sonia Megías en el festival Veranos de la Villa (Madrid, 2016)

Procesos de creación: Entrevista para ‘Mujeres Artistas Incandescentes’ (II)

Lo femenino, lo ritual, lo comunitario, el abrazo, los cuidados. La entrevista que me hizo Mairea Seguí Buenaventura y su equipo-akelarre para el documental ‘Mujeres Artistas Incandescentes’ (MAI) me llegó muy profundo, haciéndome revisar mis entrañas para encontrar algunos ejes de la esencia de la creación.


Teaser del documental ‘Mujeres Artistas Incandescentes’, dirigido por Mairea Seguí Buenaventura

(continuación de la entrevista de VidadeObras de abril 2023)

MS: Aprovechando que estabas hablando de la escucha, ¿qué importancia le das tú en tu obra, ya no sólo musicalmente sino en el proceso, e incluso en el momento creativo, a los silencios?

SM: A la hora de crear necesito estar en silencio. En silencio externo para que no haya interferencias. Y luego, en lo que es la obra en sí, mi opinión tiene influencia de nuevo de los y las compositoras estadounidenses y en especial de John Cage en este caso.

Él se adentró en 1951 en una cámara anecoica para darse cuenta de que el silencio no existe o al menos no podemos percibirlo. Se dio cuenta de que el silencio está lleno de cosas, por ejemplo estos perros que están sonando ahora.

El silencio es un concepto, pero no es una realidad. Estar en silencio. Por ejemplo, cuando al público se le pide que esté en silencio mientras estamos haciendo algo con el coro en el escenario o en la sala, ese estar en silencio o guardar silencio es más una actitud que una realidad.

Sí, es muy importante estar en silencio. Estar en silencio a modo de estar en escucha, es lo mismo que estar en atención. Está muy unida una cosa con otra.

Es muy importante ponerse en silencio, permitirte estar en silencio. Silenciar la chorrilera constante de ideas, decirles: “Chicas, dejadme estar en silencio, no estéis molestando por ahí”. No sé si a alguna de vosotras os gusta meditar, pero ésa sería la actitud para hacerlo. Una actitud, un concepto.

MS: Y entonces, por contraposición, tenemos el sonido; y la onomatopeya, la palabra que no dice nada pero dice. El silencio forma un concepto, y eso es lo que veo en las cosas que haces. ¿Quizá ese mensaje es una reivindicación?, ¿es un grito silenciado?, ¿es una manera de comunicar cosas?, ¿es un acto político?

SM: ¿La onomatopeya, dices, soltar el sonido así?

MS: Sí, los sonidos. El sonido de la onomatopeya, el silencio, el ritual, esa concentración que tenéis en el coro, por ejemplo. Cómo se va formando tu propia música. Incluso el proyecto de las consonantes, que es muy interesante: hacer una pieza sólo con consonantes.

SM: Esta pregunta tiene bastantes respuestas. Depende de qué obra hablemos, pues cada obra es una propuesta totalmente distinta. Cada obra se abarca de distintas maneras. En el sentido en que estábamos definiendo el silencio, ¿cuál sería la contraposición?

El silencio es una parte de la comunicación pero, ¿cuál sería la contraria? Sería la ‘no escucha’, sería el ruido en ese concepto del silencio como atención, como escucha, que tanto utilizaron John Cage o Pauline Oliveros, como os decía antes.

Las propuestas que vamos haciendo con el coro, como son tan distintas y cada obra abre puertas tan diversas… Por ejemplo, hay una obra de Pauline, una de mis maestras que os nombraba antes, llamada ‘Wind Horse’ (Caballo de viento). Ella nos la mandó por e-mail al CoroDelantal para que hiciéramos el estreno en España.

‘Wind Horse’ es una partitura-mandala que se instala en el suelo y en la cual el centro es el punto de escucha. Desde tu silencio o tu escucha caminas a donde te apetezca para dar respuesta a aquello que percibes. Aquí hay una posición política: lo primero que haces es escuchar, y entonces ves qué puedes aportar desde ti. No hablar por hablar.

Hablar por hablar para ser escuchada no aporta nada al resto, ni siquiera a ti misma. Sólo es útil emitir después de escuchar, emitir algo de tu propia expresión que vaya a sumar algo a lo que hay. Cuando estuve unos años de profe de Improvisación en un conservatorio aquí en Madrid, partíamos de ahí siempre, de la escucha.

Bajo mi perspectiva, la forma de enseñar Improvisación en los conservatorios está equivocada porque tocar en estilos no es improvisar. Tocar al estilo de Mozart, de Chopin… no es improvisación. Improvisar es comunicar desde ti, como si hablaras, como una charla o una conversación. ¿Qué tienes tú que decir al mundo?, ¿y qué tienes que decirle aquí, ahora, en este contexto, en este entorno?

Cuando tienes tu instrumento en la mano, escuchas y ves qué puedes aportar. Como en cualquier conversación. A esto se le llama improvisación libre, pero a mí me parece la única improvisación real. Cómo te expresas tú como ser aquí. Ya no como músico sino como ser.

Hay un escritor que me gusta mucho, llamado Pablo d’Ors, que es sacerdote y además fue asesor cultural en el Vaticano. Uno de sus libros, ‘Biografía del silencio’, es una obra de arte. Cuando le hacen entrevistas, él no responde inmediatamente, sino que espera a escuchar la respuesta, para ver hacia dónde ir, y entonces la emite.

La expresión como canalización de lo que tú eres. No es que estés canalizando nada de Marte o de Venus, sino simplemente lo que tú eres. A todos los niveles. Con el coro trabajamos muchísimo eso, desde muchas obras. Nombrábais antes la obra de las consonantes, que es ‘Preludio invisible nº 4’, de Juan María Solare, un maestro que tuve en Bremen y en Colonia (Alemania), pues él vive entre las dos ciudades.

Solare nos compuso esta obra al coro y la hizo sólo con consonantes. No hay ni una sola vocal. El coro suena como una maquinita. ¿Por qué no?, ¿por qué un coro no puede sonar a una maquinita? Hay maneras infinitas de poner a un coro a sonar, de intervenir el silencio de una manera que aporte algo.

MS: ¿Es el presente como te lo imaginaste hace unos años?

SM: No sé qué me imaginaba… De pequeña quería ser astronauta, que no lo soy. Pero soy música, que es parecido. [Risas] Desde hace unos cuantos años me quiero dedicar a la música, y veo que con mucha lucha, sí, me dedico a la música, hago algo que me llena, que me encanta, además tengo una pareja que me apoya y tenemos un proyecto en común, que es Dúa de Pel, y es de música, es de creación.

Mi presente me gusta. No sé si es como lo imaginaba, pero creo que es un presente que me tiene bastante satisfecha.

MS: Y… ¿hacia adónde vamos?

SM: ¿Qué futuro me imagino ahora? Espero que todo se vaya desenvolviendo de forma natural, como tienen que ir las cosas. Que siga todo en su curso y que vaya por donde tiene que ir.

MS: No tienes por qué tener respuesta… Entonces, ¿consideras que tenemos una misión como mujeres artistas?, ¿que debemos seguir en esta línea que tú propones? Tú has elegido la música, lo multidisciplinar, combinando lo experimental con el trabajo colectivo… ¿En qué crees que podemos apoyarnos las artistas mujeres?

SM: Yo creo que lo importante es que nos apoyemos unas a otras. Una verdadera sororidad. Que nos animemos unas mujeres a otras a que seamos en toda la plenitud de nuestro ser. Que ocupemos todo nuestro espacio, que pongamos los límites necesarios a quien haya que ponérselos, y que estemos unidas, que nos apoyemos. Ésa es la única solución.

MS: Hemos hablado de mujeres, hemos hablado de artistas, pero me gustaría si me puedes definir con un sonido, un movimiento, una estatua, lo que se te ocurra, definir la palabra ‘incandescente’.

SM: (Hago un gesto con la mano.)

MS: Me gustaría que nos propusieras algún juego sonoro o corporal de los que haces con el coro para que entendamos cómo trabajas. Un juego de escucha, tal vez.

SM: ¿Con o sin mascarilla?, ¿nos sentamos en círculo?

MS: Como tú quieras, para que entendamos cómo trabajas con el coro.

SM: Venga, quitaos todas la mascarilla. Ayyy, ¡tenéis boca, y nariz!

MS: Claro, es que nosotras te vemos a ti, pero tú a nosotras no.

SM: (Emito sonidos y me responden. Suena esto:)

Impro Mairea y Sonia. Procesos de creación: Entrevista para ‘Mujeres Artistas Incandescentes’

MS: ¿Hay algo que te gustaría añadir a la entrevista? Aprovecha este momento para decir lo que te apetezca.

SM: Nada, la verdad es que he estado muy cómoda.

MS: Pues muchísimas gracias. Un placer contar contigo.

SM: ¡Gracias a vosotras!

Cocolí en ‘El canalla enamorado’

Un canalla tiene como único objetivo la conquista. Todo lo demás no importa. Cocolí juega a ser canalla, pero le ocurre algo inesperado… Cocolí en ‘El canalla enamorado’ tiene como performer a Eva Guillamón. El concepto y la música son de Sonia Megías. Juntas conforman Dúa de Pel.  …

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‘Suite Paradiso’

Cuarteto de cuerda

Las bandas sonoras de Ennio Morricone tienen algo profundamente emocional. La ArteSonía #8 es el popurrí con el que me gané en 2006 el trabajo de asistente del director en la Orquesta Nacional de Jazz. Lo llamé ‘Suite Paradiso’ y en él se suceden varias melodías de ‘Cinema Paradiso’, del compositor italiano.


La música que Ennio Morricone compuso para la película ‘Cinema Paradiso’ es deliciosa. Este popurrí para cuarteto de cuerda lo realicé a petición de Ramón Farrán, utilizando el programa Sibelius por primera vez y también un ordenador Mac por primera vez. Fue toda una aventura, pero me sirvió para trabajar dos años como su asistente en la tan poco conocida (y ya extinta) Orquesta Nacional de Jazz. También me sirvió pasarme definitivamente a Sibelius y a Mac… Aprendí mucho en esa época, en la que me dediqué casi exclusivamente a revisar y corregir las partituras de la orquesta.

Para la prueba, Ramón me entregó estos dos audios de la banda sonora y me dio un par de horas para hacer algo con ellos:

Audio 1

Audio 2

Éste fue el resultado (perdón por el sonido MIDI-caca):

Esta ArteSonía que os brindo la dedico a Cecilia Martínez, gran chelista y directora de la Escuela Suzuki y de la Orquesta de Violonchelos de Almoradí (Alicante). ¡Es bonito dedicar las obras y arreglos a personas que admiramos!

Escucharéis algunas modulaciones… Ya sé que a las cuerdas no les gustan los bemoles, pero cuando una se expone a una prueba así tiene que hacer ese tipo de malabares armónicos… ¡Ánimo!

En los comentarios podéis preguntar lo que necesitéis.


En estos enlaces podéis descargar los PDF de las partituras:

Suite Paradiso (2006) – GENERAL

Partichela de VIOLÍN 1

Partichela de VIOLÍN 2

Partichela de VIOLA

Partichela de CHELO


Espero que la disfrutéis.
¡Enviadme vídeos si la preparáis con vuestros cuartetos!

Inma Heredia: Copla bilingüe en Nueva York

Inma Heredia es una de las fundadoras del CoroDelantal. Nuestra Palanca #8 es una mujer positiva, espiritual y muy valiente. Su divertidísimo monólogo My Audition for Almodóvar fue un gran éxito en Nueva York durante años, y hoy continúa alegrando al público neoyorkino con sus coplas bilingües, vestida de faralaes entre rascacielos. Inma es una…

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Feminismo: El monólogo de Laurencia

¡Fuenteovejuna, todos a una! Escribió el sabio Lope de Vega. Y es que en cualquier época, que todo el pueblo se cargue al malo tiene su mérito, y también su riesgo con las censuras que los protegen… Laurencia, una de las protagonistas, inspiró la ReSonancia de este mes de mayo, pues su monólogo después de…

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Procesos de creación: Entrevista para ‘Mujeres Artistas Incandescentes’ (I)

Lo femenino, lo ritual, lo comunitario, el abrazo, los cuidados. La entrevista que me hizo Mairea Seguí y su equipo-akelarre para el documental ‘Mujeres Artistas Incandescentes’ (MAI) me llegó muy profundo, haciéndome revisar mis entrañas para encontrar algunos ejes de la esencia de la creación.


Mairea Seguí: Vas a empezar primero, para romper un poco el hielo con cómo te llamas: Di tu nombre, de dónde vienes, qué es lo que haces…

Sonia Megías: ¿Qué es lo que hago?

MS: Sí.

SM: Me llamo Sonia Megías, soy compositora, dirijo el coro experimental CoroDelantal, también tengo un dúo que se llama Dúa de Pel, y bueno, me dedico a la música desde que tengo uso de razón.

MS: Muchas gracias. Acabas de decir que te dedicas a la música desde que tienes uso de razón, y creo que empezaste tocando con un teclado melodías que escuchabas de niña. ¿Ese fue el inicio de todo? ¿Eso fue lo que te impulsó a ser artista o tuvo que pasar más tiempo? ¿Desde pequeña lo tenías claro?

SM: Desde pequeña tuve claro que me quería dedicar a la música. Mi primer acercamiento fue con la guitarra de mi madre y también con un tecladito Casio que me regalaron cuando tenía tres años y con el que efectivamente sacaba de oído melodías que escuchaba. Ahí fue cuando mi madre dijo: “Hay que hacer algo con esta chiquilla”.

MS: Entonces, tu relación con el arte es como creadora. ¿Es algo innato?

SM: Sí. Mi padre era dibujante, mi madre también ha dibujado siempre muy bien. El arte en mi familia ha estado siempre presente como algo natural; es decir, ponernos a dibujar en casa o a cantar o a tocar era lo habitual. Entonces sí, ha sido muy natural.

MS: ¿Y hay alguna cosa que te conmueva especialmente para crear? ¿Cuál es la inspiración primigenia que te tira?

SM: ¿De cuando empecé a crear?

MS: De todo. El punto de creación en sí mismo. Esa cosa que conmueve, te tira hacia adelante de manera creativa, que te impulsa.

SM: Bueno, yo creo que estoy en la dimensión humana para crear. No tengo ninguna duda con eso. Si no estoy creando, enfermo. Creo porque es lo que he venido a hacer aquí. Y atraer a lo visible, a lo tangible, a lo escuchable/audible, algo que está en otros lugares, y a lo que accedo a través de… ¿Qué son las musas? Todas estas preguntas que nos hacemos siempre los artistas. ¿De dónde viene la inspiración? De tantos lugares…
Lo natural para mí es hacer música: cantar, tocar, dibujar…

MS: Para ti la música, en tu obra, siempre dices que está ligada al ritual, que llevas la música al ritual, algo que ya nos viene desde los griegos, el ethos y el pathos…

SM: Antes…

MS: Desde antes. Pero quiero decir esa relación entre lo colectivo, lo individual, el ritual… ¿Qué papel es el tuyo en cuanto al arte y la sociedad dentro de ese concepto de ritual, de arte colectivo, de transformación… ?

SM: Yo creo que el arte es social o no es arte. La música es social o no es música. La música ha sido parte fundamental en los rituales, ha sido la manera de conexión con lo invisible desde que el humano es humano. Celebrar la edad adulta, celebrar el nacimiento de una criatura, honrar la muerte de otra, celebrar que dos personas se juntan y se quieren… Todo este tipo de rituales, antes de que existiera cualquier tipo de religión, siempre se han hecho a partir de la música, de forma natural e inherente al ser humano. Con los instrumentos que se tuviera y sobre todo con la voz. Por eso también me dedico a la voz.

Con mis grupos, sobre todo con el CoroDelantal, acabamos haciendo rituales porque cuando nos juntamos a cantar (también la dirección coral considero que es algo muy chamánico) acabamos haciendo cosas muy hermosas que nadie esperábamos. También ponernos el delantal como uniforme, el delantal como máscara de cuerpo, a modo de las máscaras africanas, de las máscaras griegas, a modo de cualquier tipo de manifestación artística en la que se sabe que se está implicando a lo invisible, a lo divino. Cuando te pones el delantal te conviertes en algo que no te atreves a ser en tu vida rutinaria, en tu vida cotidiana.

Y con Dúa de Pel, que es el otro proyecto con el que ya llevamos varios años, igual, los conciertos son rituales. El público nos cuenta que ha experimentado un viaje, una transformación, un recuerdo, el contacto con algo que no saben muy bien qué es, un inconsciente colectivo.

Entonces sí, creo que la música, y sobre todo a través de las voces, nos conecta a intérpretes y público con algo muy humano y muy esencial.

MS: Lo que he visto en vuestras reuniones es que, aunque no os dé tiempo a ensayarlo todo, la energía está puesta ahí y hay una complicidad, un lenguaje que no es explícito, una conexión que es muy interesante.

SM: Claro, que tú has venido a los ensayos. Sí, con estas mujeres del CoroDelantal yo llevo ya bastantes años trabajando, pero me he dado cuenta de que ahora, en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), he juntado a otra gente para hacer un CoroDelantal allí y he ido observando cómo es el proceso desde el principio, cómo la gente se va convirtiendo en cantantes del CoroDelantal: desde que son gente normal hasta que de pronto se van metiendo ahí y ya empieza a haber ese tipo de complicidad de la que hablas y esa manera de pensar en comunidad, en colectivo, una comunidad enloquecida y abierta a la conexión.

Y me ha parecido muy gustoso, porque con el CoroDelantal de aquí de Madrid ya llevaba bastantes años y ya nos conocemos mucho, nos entendemos muy bien y también hemos crecido mucho juntas, pero ahora al empezar de nuevo el proyecto en Alicante ha sido muy interesante ir impregnando a esas nuevas personas con esta manera de hacer las cosas, y cómo cada una ha ido aportando y de nuevo hemos empezado a ir creciendo juntas.

Es muy bonito. Es algo no tan fácil de explicar. Hay que verlo.

MS: A mí me encantó escucharles a ellas, que decían: “Menos mal que estás tú, Sonia, que crees en nosotras y lo vamos a conseguir, porque ahora mismo estamos perdidas”. Es muy bello ver esa diferencia entre el trabajo individual y colectivo, y que la suma de las partes es mucho más que cada una por separado.

SM: Claro, por supuesto. Es una gran relación de confianza. Ellas confían en mí y yo confío en ellas, y se genera eso. Montamos algo que en realidad es una co-creación. Yo soy la responsable del grupo y la que va liderando esa energía, como os digo, de una manera bastante chamánica, más que como una directora que mueve los brazos ‘por encima de la línea’ (técnicas de dirección coral). Es esa confianza, esa complicidad lo que hace que estemos todas en eso y que cuando acabemos de ensayar una obra nos miremos y digamos: “Qué chulo”.

Es siempre sorprendente, inesperado. Y si la ensayamos de nuevo, saldrá algo distinto. Y claro, eso luego el público lo nota: “¿Qué ha pasado aquí?”. Pero eso me pasa con el CoroDelantal y también con Dúa de Pel. Con Dúa de Pel somos sólo dos personas, aunque a veces cantamos con más músicos, y también pasa eso, que acaba la canción, nos miramos y decimos: “Menudo viaje”, y de pronto el de la marimba está llorando, el otro está paralizado, y dices: Aquí pasa algo.

Y al final, el público acaba siendo partícipe de esa energía co-creadora, de esa magia, de esa energía que somos capaces de generar o atraer.

MS: Hablas de ese conjuro que se genera. Muchas veces eso parte de las partituras, porque tus partituras son plenamente experimentales. Muchas veces, con el CoroDelantal incluso el propio espacio se convierte en una partitura. A veces a cada objeto asignáis un sonido, incluso construyes partituras con distintos elementos. El espacio, la partitura, el ritual… ¿Cómo lo haces? ¿Cómo juntas todo eso? ¿Cómo conviertes un espacio en música, más allá del propio sonido?

SM: Yo creo que todo parte de la escucha. Hay algunas compositoras de los Estados Unidos a quienes admiro mucho; una fue mi maestra Pauline Oliveros. Ella fundó el Instituto de Escucha profunda (hoy llamado Center for Deep Listening), y tiene unos ejercicios de escucha que son deliciosos y que te hacen escuchar de manera que te conectas con las cosas, con las personas.

También está Meredith Monk, que no ha sido mi maestra pero que compartimos cantantes; es decir, que hay cantantes de sus grupos que han sido parte del CoroDelantal de Nueva York. Me siento bastante identificada con ella también. En una entrevista, Meredith comentaba su manera de componer, describiéndola como “una escucha muy profunda, tanto que permites que algo que existe en otras dimensiones pase a través de ti”.

Estudié en Estados Unidos, me formé en Nueva York. Otro neoyorkino, John Zorn, cuya visión de la música también me interesa mucho, habla de que cuando llegas a un lugar contactas con los genios que habitan en él. Él no habla de musas sino de genios. Dice que cuando llegas a un lugar estos genios te susurran cosas.

Al final, creo que todo va de lo mismo, que va de una escucha. Llegas a un lugar, abres las antenas y se te va revelando todo. Pero también a la hora de crear, por ejemplo a la hora de crear estas partituras-escultura de las que hablas, sucede igual. En un rato cojo un avión a Paraguay con nueve bultos, uno de los cuales es una maleta llena de partituras táctiles, etc. porque las voy a exponer en Asunción.

He seguido creando estas partituras, a las que he llamado ‘partituras raras’, porque me suponen una manera de ponerme al servicio de esa inspiración. De estar al servicio de algo más grande que yo, y si realmente estoy al servicio estoy con todo, aunque no entienda lo que hago. Es una entrega total.

Intentar encajar en un pentagrama una información musical que pide otros soportes sería reducirlo, no honrarlo. Como os contaba, en mi familia hemos tenido también esa manera de comunicarnos, a través de las artes plásticas, y eso me ha dado recursos para ponerme a disposición y con apertura a hacer otro tipo de partituras.

Una partitura, por ejemplo, ha querido manifestarse en forma de una tabla de arcilla con un camino dibujado. Otra en forma de hilo de cuero con unas figuras geométricas, otra que es una tabla de madera con unas chinchetas clavadas y unos hilos que las unen, o la que pidió ser de oblea para comérnosla al final de la interpretación y hacerla desaparecer.

Este tipo de obras sólo se pueden crear desde una escucha profunda. Si a esa inspiración que viene así de libre quieres imponerle un pentagrama o un compás o una melodía, te estás perdiendo lo que es la obra. Por eso ha sido esto de crear partituras distintas: algunas en las que te metes dentro, que paseas sobre ellas

Me ayuda mucho crearlas para el CoroDelantal, porque en el grupo hay gente que lee música y gente que no lee. Música me refiero a pentagrama… Entonces es muy curioso ver cómo las personas que no han pasado por la enseñanza académica de la música son capaces de leer estas partituras distintas de una forma más fluida que alguien que ha pasado por la formación académica y que está llena de miedos a equivocarse.

Aquí también surge esa lucha entre qué es la academia y qué es la música en realidad. Yo he pasado por la formación de conservatorio, de un máster universitario en composición musical… pero por suerte siempre he llevado una vida musical, acompañada de gente que no sabía leer pentagramas. Música folclórica con los coros y danzas de mi pueblo, música pop, jazz, flamenco… siempre en paralelo a esa formación.

Ha sido muy interesante vivir esos dos mundos que no tienen nada que ver entre sí. Eso también me ha ayudado a hacer las cosas que hago. Si sólo me hubiera formado en el mundo académico me habría costado mucho salir de ahí, viviría con los ojos cerrados a la música real y a ese disfrute que produce.

Nueva York, con la improvisación libre, la performance, me abrió la mente. Recuerdo varios momentos de pensar: ¡ah, que todo esto existe! Y también momentos de darme cuenta de que ocurrencias que tenía en clase y que se me prohibieron (mi trabajo de fin de carrera en Murcia quería ser una obra orquestal escrita enteramente en frecuencias), tratándome de chiflada, han sido ya hechos; como es el caso de Phill Niblock, otro de mis maestros, que se dedica a eso y que además tiene a sus músicos que interpretan desde frecuencias.

MS: Sí, en teatro también se trabaja así.

SM: Claro, el Teatro de la Escucha de Moisés Mato… Estudié con él aquí en Madrid.

MS: Tú tienes muchos elementos escénicos porque también te has formado en teatro y en otras disciplinas escénicas.

SM: Sí, la mímica, la danza, el kárate… Y me he visto envuelta en proyectos de todo tipo, también con personas de diversidad funcional. Por ejemplo, estuve dos años de profesora en los talleres del Centro Dramático Nacional en el festival ‘Una Mirada Diferente’, donde se hicieron grupos con personas ciegas, con síndrome de down, sordas, albinas, hemipléjicas junto con actores y actrices profesionales de teatro que no tenían diversidad funcional. Mi sensación fue muy curiosa porque me parecía un coro al uso. Después de trabajar tanto con coros y disfrutar de la gran variedad de personas que los componían, esto me parecía de lo más habitual.

Al final somos todas personas. Y la música tiene un poder integrador brutal.

Lo de tener en cuenta el espacio escénico se debe también a que siempre vi la música como algo más que sólo ponerte a emitir sonidos en un escenario y que haya gente en sus butacas escuchándote. Y también se debe a las distintas situaciones en las que me ha ido poniendo la vida y que he tenido que ir resolviendo de unos y otros modos con todos los recursos y técnicas que tenía.

MS: En tus proyectos sobre todo participan mujeres.

SM: Sí, como por ejemplo en este documental, que sois todas mujeres las que me entrevistáis.

MS: ¿A qué se puede deber que haya mayoría mujeres en tus proyectos?

SM: Lo de hacer proyectos con mujeres es porque si tú pruebas a hacer una propuesta en cualquier lugar y de cualquier actividad, y te van a venir 20 mujeres, y hombres 2, 1 o ninguno. Así que me he encontrado con esta realidad. Además, he estado muy implicada durante años (desde 2007) en el coro feminista de Madrid, que ahora se llama Malvaloca y que antes se llamó Coro Entredós.

Pero mi intención, en general, no es trabajar sólo con mujeres, sino que al plantear actividades son las mujeres las que se inscriben. Por ejemplo, como os contaba con el CoroDelantal del MACA, que es bastante reciente, abrimos convocatorias públicas en cada temporada de 3 meses para que entre gente nueva, y mandan su carta de motivación 15 mujeres y 2 hombres. A mí me da igual con quién trabajar, en realidad. No tengo preferencias.

MS: ¿Y lo de las ‘Mujeres dadá’ qué es?

SM: Bueno, me he visto envuelta en muchos proyectos en los que buscaban a mujeres artistas. En este caso se me definió como ‘mujer dadá’. A mí me hace gracia cuando alguien me mete en un saco de algo, porque yo hago mi trabajo y luego viene alguien y lo define. ¿Que soy dadá? Pues bien. ¿Que soy mística? Pues también. ¿Por qué no?

El proyecto de ‘Mujeres dadá’ es un impulso de Ximo Rochera y Lucía Peiró, que son dos artistas valencianos. Él es el director de la editorial Canibaal y ella es performer. Ximo pidió a Lucía la búsqueda de 16 mujeres dadaístas (ella incluida) para conformar este proyecto. A mí me conocía porque he hecho varias cosas en Valencia.

En Valencia hay un ambiente muy interesante de música experimental y de performance, muy activo. De hecho me gustaría hacer allí mi doctorado, en la Universidad Politécnica, en el Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes, donde hay profesorado como Bartolomé Ferrando, Elia Torrecilla, Miguel Molina Alarcón… Mucha gente interesante.

Para el proyecto de ‘Mujeres dadá’ recuerdo ver los e-mails y pensar: Qué cosa más rara. Pero no entendía nada. Y al final entendí que cada una de las mujeres teníamos que crear tres cartas de una baraja, redactar nuestro propio manifiesto dadá (de cada una) en la parte de atrás de esas cartas, y hacer una acción dadá para grabarla en vídeo y pasársela también. Así que hice el 7 de Oros, la Reina de Oros y la Reina de Espadas, y luego me grabé destrozando un plumífero que me había acompañado durante 10 años, para hacer un cambio de plumaje.

Así llamé al vídeo ritual catártico destrozando el plumífero: ‘Cambio de plumaje’. Podéis verlo en YouTube. Fue un sacrificio. Con el plumón del abrigo hice las cartas. Y lo que quedó del abrigo y del plumón lo entregué a Lucía y a Ximo para que lo metieran en cajas de cerillas y ser entregado a modo de objeto dadá (o pedazos del cadáver) a quien comprara la caja de ‘Mujeres dadá’.

(continuará)

‘Alma, corazón y vida’

El compositor peruano Adrián Flores Albán escribió el vals Alma, corazón y vida en 1948, a la temprana edad de 23 años. Si bien convertí esta obra en ArteSonía (arreglo) para el Coro de Voces Bravas de Madrid, la estrenó años después el neoyorkino NYU Madrigal Singers, dirigido por Nancy Shankman en el Loewe Theater de Manhattan. ¡Estas cosas pasan!


La versión más conocida de Alma, corazón y vida es la del trío Los Panchos, que nos han hecho llegar tantas canciones bonitas de siempre:

Para conocer algo más de la historia de este hermoso vals criollo, lee este artículo.

Para el arreglo coral, pensé en la tonalidad de Re menor porque las melodías, por su tesitura, se repartían bien entre las voces de soprano y tenor:

Es interesante ver que hay un doble estribillo en la canción. Lo que hice fue llamar al primero ‘Puente’ y al segundo ‘Estribillo’, pues van seguidos detrás de la estrofa. También es interesante en la canción que se repite entera y no hay estrofa 1 y 2, sino que es la misma estrofa 1 la que se repite, quedando así:

Estrofa – Puente – Estribillo | Estrofa – Puente – Estribillo

En la primera mitad del estribillo veis que pongo la melodía en las sopranos y en la otra mitad la pongo en los tenores. En ambos casos, hago una segunda voz siguiendo la armonía, más o menos a distancia de 6ª inferior. Observad esos detalles. También los diálogos entre las voces para rellenar los huecos rítmicos de la melodía.


En este enlace puedes descargar el PDF de la
partitura de Alma, corazón y vida para SATB


Podéis usar estos vídeos para montar la obra:

Voz de Soprano:

Voz de Contralto:

Voz de Tenor:

Voz de Bajo:

Todas las voces:


¡Espero que la disfrutéis!
¡Y que me aviséis si la preparáis con vuestros coros!

Ampliado y actualizado el 24 de julio de 2024